Tipos de agua mineral:
- Hiposódicas diuréticas: menos de 20 mg/l de sodio. Ideales para que quienes requieren una dieta baja en sodio, sea por hipertensión arterial, problemas cardiacos, litiasis, afecciones renales o alteraciones asociadas a retención de líquidos.
- De débil mineralización: el total de calcio es inferior a 150 mg/l y el de magnesio menor a 50 mg/l. Ideal para usarse en alimentos infantiles y para personas con problemas de riñón.
- De mineralización fuerte: aquella con residuo seco superior a 1500 mg/l
- Bicarbonatadas: aporta un nivel superior a 600 mg/l de bicarbonatos. Neutralizan la secreción gástrica y estimulan la digestión. También se las recomienda para tratar problemas de metabolismo, sobre todo en casos en que se quemen pocas grasas o en los que hay vesículas o hígados poco activos.
- Fluoradas: con más de 1 mg/l de fluoruros.
- Sulfatadas: son las que poseen más de 200 mg/l de sulfatos. De sabor amargo, tienen una importante acción sobre la piel y el aparato digestivo. Se caracterizan por su acción purgante.
- Cálcicas: las de más de 150 mg/l de calcio.
- Carbónicas: agua con gas. Gas carbónico libre, para ser más exactos. Una de las ventajas de su consumo es su capacidad para estimular los ácidos del aparato digestivo.
- Magnésicas: con más de 50 mg/l de magnesio.
- Ferruginosas: más de 1 mg/l de hierro. Sugeridas para ayudar en casos de anemia, también se las recomienda contra el reumatismo y la obesidad.
- Sódicas: contienen más de 200 mg/l de sodio.
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