El agua y los cálculos renales

En la formación de los cálculos renales es de suma importancia el grado de concentración de la orina. Las aguas de débil mineralización son muy útiles en los planteamientos dietéticos de muchos enfermos litiásicos. Es bien sabido este tipo de agua se elimina totalmente en 2 o 3 horas. Una eliminación tan brusca hace bajar la concentración de la orina y acelera la eliminación de productos de desecho evitando la acumulación de sustancias causantes de la formación de los cálculos. Su absorción por el intestino es muy rápida y completa provocando una abundante diuresis (volumen de orina). Para conseguir que la orina esté poco concentrada se necesita eliminar al menos 2 litros cada 24 horas. Para una persona en condiciones normales, esto supone beber unos 3 litros, de los cuales al menos el 50% será agua. El agua, además de prevenir la litiasis renal, favorece la expulsión de cálculos y evita su crecimiento.

La litiasis (piedras o cálculos) del aparato urinario es una de las dolencias más frecuentes de la humanidad desde los tiempos más antiguos. Puede decirse que un 4% de la población femenina y un 6% de la masculina tendrán un cálculo a lo largo de su vida. Estos suelen aparecer entre los 30 y 50 años y tienen un factor hereditario importante. Hasta un 50% de esta población tendrá más de un cólico en su vida. De ahí, que el objetivo principal del tratamiento médico sea prevenirlos.

No olvidéis visitar el siguiente link con una lista de aguas de mineralización débil:


Listado de aguas de mineralización débil



Artículo de Eroski Consumer

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